dimarts, 16 d’octubre del 2012

Giulio Romano me lleva a Mántua.

No quiero perder la posibilidad de emocionarme cuando veo desfilar por delante de mi un texto de Bernini. Un texto de los grandes, no de bolsillo precisamente. De esos de Rizzolli, Taschen, Carrogio, etc. etc.  Y que va a parar a un puesto delante de mi en la Bibliothèque National de France que ya está abarrotado de otros textos de arte. Y esa posibilidad me la da desear mucho y tener poco. Entusiasmarme - hacer alma en griego -.

Pero hoy vamos ha hablar de un descubrimiento que como siemrpe resumo para ir al grano : Mántua entre la pintura flamenca y los renacentistas florentinos, un mix importante para explicar el Renacimiento Italiano.

Hasta ahora los que más contaban eran los Medici  - ¡cuando hay de los Medici en Paris! -  . Ahora tengo otra familia entregada al arte con una devoción - y una espiritualidad - que intuía viendo los retratos de Isabella d'Este. Criatura divina dibujada por una mano divina. ¡Qué relación tendrían ambos! Yo creo que Leonardo se enamaró de Isabella -. Cecilia Gallerani expresaba a Isabel su opinión de que Leonardo era mejor retratista que Giovanni Bellini.
Isabella d'Este, 1500,  por Leonardo da Vinci.





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