dimarts, 31 de juliol del 2012

Ernst Ludwig Kichner, loco como Van Gogh

A propósito de Kichner o discurso sobre el arte contemporáneo.

(Homenaje a Robert Hugues, en el día de su fallecimiento)



Así nos gustan los artistas. Locos. Que pierdan la posibilidad de crear en aras - en el altar de su catarsis personal -. Decadentes no , desgraciados que acaban pegándose un tiro. Al hombre de la calle también se le prefiere borracho y al fin, claro, un poco ido. Ayer hablaba de esto con una encanto de vigilante : es política institucional. No se puede permitir que la vida en calle resulte socialmente aceptable. La calle y los parques se llenarían de gente sin trabajo, de desalojados, de ociosos, de vividores, de juergistas. No se puede permitir que se consolide como un modo de vida alternativo al modo de vida en la casa mirando la televisión. Y - le explicaba - en los comedores sociales, en los alberges sociels los tratan como animales. ¿Para qué? Para que acaben despreciándose, perdiendo la dignidad y el repeto hacia sí mismos y hacia los demás. Pâra que acaben sucios y borrachos y nunca puedan presentar una opción válida. Ellos mismos se encargaran de espantar - con robos y faltas de respeto - a los nuevos postulantes de la vida en la calle.

Todo esto lo digo - así se lo dije a aquella beldad - por experiencia de artista callejero.

Otros lo dicen mejor, indudablemente : "Vivían del éxito y la desesperación". Apoyados y subvencionados por el Departamento de Estado norteamericano. "Un grito de desesperación se convirtió en una declaración a favor de la democracia." John Berger (1,104).


Prostituta en rojo, de Kichner, Museo Thyssen, Madrid.
El espectáculo está bien servido para la masa de bienpensantes alienados - yo no digo que "balan" como Luis María Ansón : el ignorante nunca "bala" aunque sea fascista como los que iban a la Plaza de Oriente a escuchar al Dictador, pobres ignorantes y muertos de hambre recién salidos de una guerra; el que "bala" mayormente es el "Ortega y Gasset" bienpagado o el "artista de la ceja", los juancarlistas...son los que balan, querido Luis María Ansón : tú eres el que bala.

Ahora sí, para esos que balan, para ellos,  los museos confeccionan sus programaciones : pobres desgraciados como Kichner, Hopper, Antonio López...gente que no puede ofrecer la imágen real, alternativa, del arte y de la belleza; "santos" como William Blake en Caixafòrum...

Gente que necesita del arte para sobrevivir en su desgracia - o incluso para ser felices - . O simplemente para vivir bien a costa del arte - esto se paga a la larga - . Pero incapaces de aportar nada dentro de ese vértigo centrípeto absolutamente egocéntrico.

El arte necesita gente que pueda dar. Gente feliz. En el arte, como en el amor, la necesidad es peligrosa.

Yo también utilizo el arte para estar bien en algunos momentos : pero no engaño diciendo que "creo". Me creo yo mismo para no hundirme. Pero no aporto. Para crear arte hay que estar creado antes - aunque siempre hay altibajos -.

Gracias a "El último Rafael". Siempre hay excepciones. Pero yo me quedo con su Fornarina.

Algunos apreciaran cierto totalitarismo entre estas líneas. No se equivocan, porque el arte, la creación artística no es una creación democrática .- igual para todos, como pretende el arte contemporáneo -.

La demagogia del arte contemporáneo lo afirma, pero es el fin del arte - eso es lo que interesa -.  Yo he sido víctima de esa demagogia mucho tiempo - también de la demagogia del 15M - .

Sólo unos pocos - genios - pueden compaginar el arte con la bohemia. Otros trabajan lo suyo, que también los hay : KANDINSKY, los constructivistas soviéticos, Miró, Dalí...Todo no es demagogia, claro. Pero sí la mayor parte.

Los que caen en la desesperación del arte son el buen espectáculo para la masa de bienpensantes alienados. Y Michel Jackson, y la otra, y el otro...

Así, en el redil, estais mejor ¿no os dais cuenta? Fijaros en ellos...

Este es el lema del discurso artístico contemporáneo.

Bibliografía.-
(nº de orden, página)

1.- Mayer, Marcos, 2004, John Berger y los modos de mirar, Campo de Ideas S.L. Móstoles, Madrid, contactos@alfaomega.es, (7 BER, Biblio Aluche).